
Negarse a ceder tu asiento en un autobús en Estados Unidos puede dar lugar al reconocimiento de los derechos civiles tal como los conocemos hoy, y eso se lo debemos a mujeres como Rosa Park.
Llegar a ostentar el cargo de Primer Ministro en un país musulmán y ser mujer no es algo muy común ni aceptado,lo que puede suponer un gran peligro para la seguridad personal, hasta extremos de acabar con la propia vida, como le pasó a Benazir Bhutto.
Para que el deporte no sea considerado algo únicamente masculino, mujeres como Alice Milliat han tenido que realizar un duro trabajo. Aquí conoceremos un poco más la vida de estas tres grandes personas.
Alice Milliat

El deporte es otro campo más que estaba vetado a las mujeres. Según palabras del fundador de los Juegos Olímpicos modernos, Pierre de Coubertin, “el deporte femenino no es práctico ni interesante ni estético, además de incorrecto”. Para él, “el único héroe olímpico auténtico es el deportista individual, masculino y adulto”. Pero para mujeres como Milliat, que desde pequeña siempre había practicado deporte (nacida en Francia en 1883), esto no le parecía justo, así que en 1915 fundó el Club Fémina de París para promover el deporte entre las mujeres de la ciudad. Tuvo tanto éxito que en 1919 creó la Federación de Sociedades Femeninas de Francia. Gracias a los contactos que tenía por todo el mundo, consiguió que naciera la Federación Deportiva Femenina Internacional (FSFI). De este modo, Alice pudo organizar los I Juegos Mundiales Femeninos en 1922, con gran éxito, lo que hizo que el Comité Olímpico Internacional se viera obligado a dar entrada al atletismo femenino en los JJ.OO. de Amsterdam en 1928, aunque tan solo en tres pruebas.
Rosa Parks

Benazir Bhutto

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